Cuando las hojas de nuestras plantas amarillean, es un claro síntoma de carencia de hierro, un nutriente fundamental para las plantas. Por suerte podemos aplicar quelatos de hierro para mejorar su nutrición y corregir esta deficiencia.
Es muy sencillo: disolvemos una cucharada sopera (5 gr) en 8-10 L de agua para regar. También se puede aplicar en seco enterrando el producto alrededor de la planta y regando después.
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