Bulbos de otoño: Se plantan en otoño y florecen en primavera. Son súper sencillos de cuidar y pueden rebrotar año tras año si los conservamos bien. Hablamos de los bulbos de otoño: esas flores ultracoloridas que apañan cualquier balcón o jardín y hacen que la larga espera hasta que vuelve el buen tiempo haya merecido la pena.Los crocus con forma de campana, los narcisos con sus trompetas de intensos colores, los espigados jacintos con su penetrante perfume y los clásicos tulipanes son algunos de los bulbos otoñales más conocidos, aunque también son espectaculares la campanilla de verano, el tablero de damas, la corona imperial, las anémonas o los ajos ornamentales.

Los bulbos son plantas perennes, pero pierden su flor y hojas superiores cuando las condiciones para su desarrollo ya no son las adecuadas. Es entonces cuando, dependiendo de la variedad, descansan en invierno o en verano, lo que nos permite extraerlos de la tierra para colocarlos en cajas en un lugar fresco y oscuro durante varios meses, hasta que puedan ser plantados nuevamente.
Del mismo modo, cada tipo florece en diferentes momentos del año, pero la inmensa mayoría de las especies lo hace en primavera. Por eso el momento ideal para sembrarlos es el otoño, sobre todo si queremos que desarrollen un buen sistema radicular.¿Cómo se siembran?Una vez escogidos los bulbos que queremos plantar, comprobaremos que se encuentren en buen estado. Para ello, simplemente hay que observar bien que no haya moho y que no esté blando; se siembran a unas dos o tres veces su tamaño y no hace falta mucho espacio para que prosperen.
Sustrato
El terreno o sustrato debe ser muy permeable y permitir un buen drenaje, así evitaremos peligros de estancamiento de agua ya que los bulbos tienen tendencia a desarrollar hongos. También es importante que sea fino y rico, limpio de piedras y de otras impurezas, no calcáreo. En cuanto al abonado, lo ideal es que sea orgánico; Un sustrato idóneo es una buena mezclade fibra de coco con humus de lombriz.

Cuidados de los bulbos de otoño
Como hemos dicho, los bulbos no tienen mucho misterio. Eso sí, es importante tener cuidado de no encharcar la tierra al regar. También podemos proteger la tierra del frío extremo con mantillo, hojas secas etc.Extracción y conservaciónCuando la floración llega a su fin, lo único que hay que hacer es ir reduciendo el riego durante unos 15 o 20 días, espaciándolo hasta que finalmente dejemos de regar los bulbos por completo.
Cuando toda la planta esté amarilla y seca, podremos extraer el bulbo del terreno y los pondremos a secar unos días a la sombra sobre una hoja de papel. Después, eliminaremos los restos secos de hojas y de raíces ya inservibles, los limpiaremos y los pondremos en una caja en un lugar oscuro y fresco.Reproducción
El tiempo que pasa desde que se acaba la floración hasta que se desentierran puede ser entre 1 y 2 meses, tiempo más que suficiente para que hayan acumulado más reservas y se formen pequeños bulbillos adheridos al original. La multiplicación de bulbos se hace separando estos bulbillos o hijuelos y volviendo a plantarlos.

Y recordad que, aunque su floración es muy breve, los bulbos siempre, siempre florecen. ¡No esperéis más para sembrarlos!